Una de las mayores cadenas de hospitales psiquiátricos de Estados Unidos, Acadia Healthcare, ha sido objeto de un intenso escrutinio tras una inquietante investigación del New York Times.
La investigación reveló que Acadia ha estado reteniendo a pacientes contra su voluntad, a menudo sin necesidad médica, en múltiples estados.
Estas prácticas no sólo han infringido las normas legales, sino que también han causado daños significativos a muchos pacientes que buscaban ayuda para problemas de salud mental.
La creciente preocupación: Pacientes retenidos contra su voluntad
La investigación descubrió que, al menos en 12 de los 19 estados en los que opera Acadia, numerosos pacientes, empleados e incluso agentes de policía habían dado la voz de alarma sobre las detenciones ilegales de la empresa.
Los pacientes que buscaban atención sanitaria mental rutinaria eran a menudo encerrados en las instalaciones de Acadia, a veces durante días, sin cumplir los criterios legales para el internamiento involuntario.
Con frecuencia, estas detenciones estaban motivadas por beneficios económicos y no por necesidades médicas.
Acadia ha sido acusada de utilizar diversas tácticas para prolongar las estancias de los pacientes, como exagerar los síntomas o ajustar las dosis de medicación para justificar una hospitalización prolongada.
Estas estancias prolongadas, facturadas a tarifas de hasta 2.200 $ diarios, a menudo se prolongaban hasta que se agotaba la cobertura del seguro de los pacientes.
Por desgracia, esta práctica ha dejado a muchos pacientes traumatizados y temerosos de buscar atención médica mental en el futuro.
El impacto en los pacientes
Las consecuencias de estas acciones son graves.
Pacientes que deberían haber recibido una atención sanitaria mental adecuada fueron, en cambio, sometidos a internamientos innecesarios, a menudo en malas condiciones.
Los informes de los inspectores sanitarios de todo el país han puesto de relieve casos de pacientes que no recibieron terapia, a los que se negó el acceso a medicamentos esenciales y que sufrieron agresiones y otras formas de maltrato.
Para algunos, la experiencia de estar detenidos ilegalmente ha provocado daños emocionales y psicológicos duraderos.
Muchos pacientes han perdido su trabajo, han sufrido un deterioro de su salud mental y, en algunos casos, han vuelto a tener miedo de buscar ayuda.
Ésta no es la atención que merecen los pacientes, ni la que Acadia afirma proporcionar.
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